Convivencias CEMI, Chipiona 2017

Son dos días largos porque si bien empiezan el sábado por la mañana, la campana es el viernes por la tarde para así aprovechar y hablar un rato tranquilos mientras paseamos cercanos al mar vaciándonos de los ruidos diarios a los que todavía, gracias a Dios, no estamos hechos. Chipiona.

La primera noche es de descanso y expectación. Antes de dormir un agradecimiento por la nueva oportunidad regalada y un compromiso de dejarnos hacer en la confianza de que nunca hubo mejores alfareros… También un «padrenuestrodeseguido». Espera.

El sábado es el día del planteamiento, que empieza con un desayuno largo, sus buenos días a Dios Padre y Madre, y la siempre sorprendente presentación del tema. Es un estiramiento para que despiertos seamos capaces de involucrarnos sin reservas en lo que nos tienen preparado. Apertura.

Este año nos hemos enfrentado con nuestra experiencia de Dios para empujarnos a descubrir nuestra condición de salvados y salvadores que nos abre tanto a la experiencia de la misericordia con nosotros mismos (el sentimiento de «misericordiado» en palabras de Francisco) como a la misericordia reflejada con los demás (el sentimiento de misericordioso). Descubrimiento

Ha sido un día de mucho hablar. Unas preguntas sobre el Dios de cada uno, una contestación y una puesta en común, una copa de vino al sol, unas papas con chocos de repetir, unos talleres para asomarnos al Dios de Jesús, un contraste de sentimientos, una foto de familia atardeciendo, una nueva reconciliación, una cena de fiesta, un paseo hasta el Faro iluminado, el chiste del León de todos los años, un buenas noches sonrientes, un sueño descansado. Salvados.

El domingo es el día del cambio, aunque también se desayuna y también empezamos rezando juntos. Esta vez la mañana se fue en escuchar atentos cuatro experiencias de misericordia contadas por sus protagonistas emocionados que reconocieron entrecortados su vida cambiada. De nuevo un vino (quizás de Caná…) mientras charlamos en los jardines preparándonos sin prisas para la celebración de la eucaristía donde escuchamos de fondo a María susurrarnos «haced lo que él os diga». Salvadores.

La comida, las primeras despedidas, la espera del autobús, el momento de los agradecimientos. A los viajeros por haber venido tan llenos y tan dispuestos. A los anfitriones por habernos acompañado durante todo el fin de, adelantándose y retrasándose para que no nos viéramos solos, y contándonos no sin pudor sus experiencias descubiertas en estos meses de preparación de las convivencias .En relación con la propuesta después de advertirnos que vinieron deseosos de aprender juntos. A Dios por abrazarnos a todos. Comunidad.

Comunidad Gerardi. Cádiz.

 

 

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